viernes, 6 de enero de 2012

El día después de la fiesta de año nuevo II

De repente quedo atónita, y no puedo parar de mirarle. Estoy pensando en que la mierda que fumé con Mark quizá no era marihuana. La chica está pálida, muy pálida, y ahora me estoy dirigiendo hacia ella, y con mi mano derecha estoy volteando el prendedor de su bikini, y puedo observar que lleva puesto un bikini Praiazul de la línea de Carmen Gloria Flores, de su colección 2011.
Pronto me quedo sin aire y va a ser mejor que salga del jacuzzi. Recuerdo haberle dicho a Mark que pusiera más seguridad en la entrada, pero nunca recuerda o no me hace caso. Mark está aguantando la respiración en el otro extremo del jacuzzi para diez personas, mientras me dirijo hacia la reposera, y me acuesto sobre ella.

-¡Mark! -grito muy fuerte, pero Mark no me contesta así que tomo mi encendedor zippo, y se lo lanzo hacia su culo, qué está boca arriba mientras él se dedica a aguantar la respiración-
Mark se endereza rápidamente y comienza a agrandar sus ojos y a mirarme con la misma cara de maníaco de su tío.
-¿Qué quieres, perra? Llevas todo el día gritando "Mark, Mark" -por fin me contesta y me grita con voz femenina, burlonamente-
-Está bien, bajaré la voz -Mark está mirándome con la expresión en su cara de que no entiende un carajo- Mark, querido, ¿gustarías ir hacia el otro lado del jacuzzi, en lo profundo, y buscar la nueva muñeca inflable que te compré para año nuevo? -le contesto hablándole como una maldita niña que vende galletitas y luego me río-
-Mierda Allison, cada vez mejoras más con los regalos -me contesta y luego se sumerge emocionado hacia el fondo del jacuzzi, pero enseguida salta como una puta mojarrita hacia la superficie-
-¿¡Qué mierd..?! ¿¡Qué carajos?! -Mark se nota alterado, y avanza hacia el borde del jacuzzi, y luego se sienta a mis espaldas, con sólo sus piernas sumergidas en el agua-
-¿La conoces, Mark?
-Sí, mierda. Es una de las putas que me cogí anoche, cuando tomábamos tu cocaína -Mark está dando patadas al agua con sus pies y salpica gotas hacia todas partes-
-¿Qué haremos con ella, Mark? -le pregunto acercándome a el y susurrándole en su oído-
-No lo sé, Allison. Déjame pensar tranquilo.

Mark flexiona sus rodillas y seguidamente, las abraza, escondiendo su cabeza entre ambas. Creo que se ha largado a llorar así que me levanto de la reposera y me largo hacia la casa. Estoy pensando en que debería llamar a Darren, y comprarle cocaína. Ahora me recuesto en la hamaca paraguaya y seguidamente prendo un habano que de seguro Mark había apagado, y observo a Mario regando los rosales del frente, a través del ventanal que está al lado de la sala principal.
Mario es un mexicano muy atractivo, si no fuera por su inglés limitado y su bronceado mal hecho. Tiene músculos en todo su cuerpo y un bigote con menos vueltas que el de Dalí. Ahora me imagino a Mario y yo acostándonos, pero interrumpo este pensamiento y me dirijo hacia donde está el.

-Hola Mario, puedo preguntarte algo? -le pregunto con mi español mejorado-
-Veo que ha estado mejorando, señora. Pregunte -me contesta secándose el sudor en su frente-
-Es cierto, qué atento -me sonrojo- Quién ha hecho tu bronceado?
Mario se ríe y apoya su mano izquierda en su cadera. -Lo ha hecho el sol, señora. Yo no me bronceo. Si me permite seguiré regando las rosas -me contesta y sin esperar a que le dé permiso, se voltea-
-Me gustaría que limpiaras el jacuzzi, Mario -le digo apoyando mi derecha en su hombro izquierdo-
-Está bien señora -contesta algo nervioso-

Me dirijo hacia la casa y Mario se dirige hacia el jacuzzi. Una vez que llego hacia la hamaca paraguaya, observo a Mark que viene abriendo y cerrando mi encendedor zippo. Me recuesto en la hamaca, y vuelvo a encender el habano. Doy una pitada y suelto el humo. Mark se acerca hacia donde yo estoy, y comienza a balancearme.

-Mario se dirigía hacia el jacuzzi, Allison -me mira fijamente-
-Lo sé, Mark. Yo le he enviado hacia allí, tú deberías encender un habano y tranquilizarte-
Mark me empuja muy fuerte y me golpeo contra la columna de madera que está detrás de las escaleras. ahora se aleja y se sienta en el piso. Yo me bajo de la hamaca y me dirijo hacia él.
-15 gramos, Mark. Y encima te la cogiste. No es asunto mío, ve a buscar dinero arriba -le digo regañándolo y sujetando sus brazos muy fuerte-
-¡Mierda, Allison, a ti solo te preocupa la cocaína que te he robado! -grita salivando hacia todos lados-
-¡Ve a buscar dinero arriba antes de que llegue Mario, ingenuo!

Mark me mira y de pronto parece que entiende todo. Está subiendo las escaleras arrastrando sus pies en cada paso que da, y de repente puedo observar por la puerta que da hacia el jardín, a Mario caminando muy enojado hacia donde estoy. Empieza a hablarme haciendo ademanes muy exaltado, y con el seño fruncido; hasta que decido tranquilizarle y le ofrezco un habano. Ahora me siento como si estuviese en alguna película de mafia italiana, pero solo estoy con Mario fumando un habano. Mario y yo nos miramos fijamente a los ojos mientras ambos damos pitadas a nuestros habanos, sólo que las de él son mas seguidas que las mías. Mark está bajando las escaleras con un montón de dólares en sus manos, y Mario y yo enseguida le quedamos mirando. Cuando finalmente baja, se dirige hacia donde yo estoy sentada y lanza el dinero sobre mis piernas. Mario apaga el habano y Mark se larga hacia el jardín y cierra las puertas de atrás.


miércoles, 4 de enero de 2012

El día después de la fiesta de año nuevo

Mark está tirado boca-abajo en el suelo de la sala de living. Tiene su cabeza inclinada hacia su derecha, lo cual le permite respirar y con su mano derecha, sostiene una botella de Chateau Margaux del año 1787 que de seguro tomó de la bodega del viejo alcohólico de su padre. Yo estoy sentada sobre los sillones de cuero negro observando a Mark que no deja de arrastrar la botella de Chateau hacia un lado y luego hacia otro, y me pregunto qué le habrá pasado a su traje Versace, que le regalé hace dos días para que lo vistiera en año nuevo. Me distraigo de éste pensamiento y de Mark, y me entran ganas de tomar cocaína, así que tomo mi bolso Louis Vuitton, un Pochette Avant-Garde con barra de oro en la solapa y la palabra Vuitton confeccionada con cristales Swarovski en varios colores, y comienzo a buscar la billetera que me regaló Mark para Navidad, que adentro tiene un frasco circular, que contiene la cocaína. Finalmente luego de buscar en todos los recovecos de mi bolso Louis Vuitton, me resigno a prestarle nuevamente atención a Mark, que está riéndose boca-arriba, lanzándose vino sobre su rostro y su torso.

- Me la tomé anoche con unas putas brasileras -me dice riéndose burlonamente, el muy cerdo-
- Mierda Mark! Te dije mil veces que no tomes mis cosas sin mi permiso. Ahora qué se supone que haga? No tengo nada para tomar -le contesto bastante enojada mientras hago ademanes con mis manos-
Mark no contesta. Me paro y me dirijo hacia el. Ahora estoy hincada sobre él, con mis piernas arrolladas sobre su torso desnudo.
- Mark! Te he preguntado algo, cerdo mocoso -le grito agarrando y agitando con ambas manos, su cabeza-
- Está bien, podemos fumar algo de marihuana. Es lo que me queda -me responde-
- Humm... -suspiro- carajos, Mark! -respondo saliendo de encima de el y dejándome caer sobre el suelo-
- ¿Lo quieres o no? - me dice sentándose con sus piernas estiradas- Salgamos a caminar por el jardín hasta el vivero de mi padre, hace tiempo no lo hacemos -ahora me acaricia la cara y yo le rechazo- además necesitas tomar algo de aire.
-Augh -suspiro y bufo nuevamente- Hagamoslo. No entiendo porqué me robas mi cocaína. Te robaste quince gramos, cuando sé que te estás acostando con esos maricones por la misma mierda. ¿Acaso no te dan suficiente o ya se aburrieron de tu culo? -le respondo algo histérica, y luego enciendo un cigarrillo-
Mark se altera y se coloca encima mío sujetándome la cabeza muy fuerte, mientras yo me río porque lo he alterado.
-No te sobrepases, Allison. ¿Acaso no es por lo mismo que tu te acuestas conmigo?- me responde mientras forcejeo para quitar sus manos de mi cabeza-

Finalmente logro flexionar mi rodilla y pegarle en su entrepierna. Mark me grita puta, ramera, zorra y todos los insultos posibles de este tipo, pero a mi no me importa demasiado. Apago mi cigarrillo y tomo el Chateau, le doy un trago y le digo a Mark que finalmente, salgamos a fumar esa mierda al jardín. Mark se levanta agarrando sus testículos y luego deja de agarrárselos para armar el cigarrillo de marihuana.
Estamos caminando por el jardín, y Mark me cuenta como se ha cogido a las "putas brasileras", como les llama, mientras yo me dedico a observar la cantidad de colillas de cigarro y copas rotas que quedaron de la fiesta de año nuevo que hicimos ayer y pienso que deberíamos decirle a Mario que venga cuanto antes a limpiar el jardín. Mark me da finalmente el cigarrillo de marihuana, lo enciendo y comienzo a pitar. Hemos llegado al vivero.

- ¿Crees que se enojaría si supiera que estamos fumando marihuana, Allison?-me pregunta Mark mientras doy pitadas al porro-
-¿Quién? -contesto-
-Mi padre Allison, ¿crees que se enojaría? -me vuelve a preguntar con un tono medio preocupado-
- Tu padre era un viejo alcohólico, Mark. Si le hubieras preguntado si te prestaba dinero para saldar tu deuda con los maricones traficantes te lo hubiera prestado, y de paso, te hubiera pedido que le consiguieras algo de cocaína -le contesto tendiéndole el porro y soltando el humo-
Mark le da una pitada a el porro y luego trata de hacer círculos de humo con él. -No es cierto. Vayamos a caminar más allá del vivero, Allison. Me aburrí de este lugar- me dice en un tono bajo y luego me pasa el porro-

Estamos saliendo por detrás del garaje de Mark, que antes era de su padre, y mientras Mark arma otro cigarrillo de marihuana, yo me limito a ver que el color del Lamborghini modelo Aventador de Mark, es gris, asqueroso, opaco y triste. Cuando me doy vuelta fumando el otro cigarrillo de marihuana que armó Mark para decirle que debería cambiar el color de su Lamborghini modelo Aventador veo que se aleja hacia afuera y cuando sale, mientras yo grito preguntándole que carajos está haciendo, cierra las puertas del garaje y se ríe.
Ahora me dirijo hacia las puertas de adelante que cerró Mark, preguntándome qué niñerías se le habrán ocurrido al muy cerdo, y comienzo a golpear las puertas a patadas y cachetadas mientras le grito a Mark todo lo malo que le voy a hacer si no abre las puertas ya mismo, y sin obtener ninguna respuesta de él, se apagan las luces del garaje. De seguro el muy hijo de puta provocó algún corto circuito. Ahora me agacho y trato de captar algún movimiento de Mark por una pequeña abertura que está al lado de la cerradura de la puerta del garaje. Pero no veo nada, así que me siento en el piso contra la puerta, a tratar de llamar a Mark con mi Blackberry 9900 pero no hay señal, así que me limito a quedarme allí en silencio a esperar a que el maricón de Mark se le ocurra dejarme salir.

- Srta. Polvo en La Nariz, salga con las manos en alto o deberemos disparar. Es una órden! Repito, salga con las manos en alto o deberemos disparar. Es una órden! -oigo gritar a Mark, y me levanto bufando y pensando en qué mierda estará planeando-
- A la cuenta de tres dispararemos Srta. Polvo en la Nariz, si no está de acuerdo en negociar, a la cuenta de tres tendré que disparar. Uuuno...
Finalmente me levanto y observo por la abertura que está al lado de la cerradura de la puerta del garaje, y veo a Mark disfrazado de general, apuntando con un arma que le había regalado el maníaco de su tío cuando cumplió 20 años.

-¿Qué carajos haces, Mark? Abre la puerta del garaje ahora y déjate de tonterías, maldito maricón -le grito súper alterada golpeando la puerta dando cachetadas y patadas-
-Dooos.. -contesta gritándome en tono de capitán o algo así-
-Mark! Carajos! No te decides a madurar, bastardo! -contesto resignada y me dirijo a esconderme entre su Lamborghini Aventador y su Ferrari 599 Gto de color rojo.
-Y, treees.. Es una lástima que tenga que usar mi arma, Srta. Polvo en la Nariz -y comienza a disparar balas de goma mientras se ríe como el maldito payaso It-

Mark dejó de tirar balas de goma y se decidió a abrirme la puerta. Ahora estamos caminando hacia afuera de regreso a la casa, y estoy descargándome de la broma idiota del tarado de Mark. Él solo se ríe y me dice: - Deberías haberte escuchado los gritos, hahaha -agarrándose su estomago con las manos y señalándome con el dedo indice de la mano derecha-
Estamos cerca del jacuzzi para 10 personas que instalamos para la fiesta y planeo tirarle dentro, y que se moje su traje de general que tanto le gusta. Cuando finalmente nos acercamos más a el jacuzzi, le grito a Mark que se acerque a ver lo que le pasó a la reposera blanca, pero cuando se acerca y yo me dirijo hacia él, ambos nos resbalamos y caemos de espalda golpeándonos contra las baldosas del piso. Mark se larga a reírse y me dice algo de cobrar doble, pero no le entiendo. Cuando logro levantarme del suelo, me dan ganas de bañarme en el jacuzzi y entonces comienzo a quitarme mi vestido Dior que me compré hace unos días para vestir en la fiesta de año nuevo, y cuando lo dejo en la reposera y me introduzco en el jacuzzi, veo que Mark se desliza rodando por el piso de baldozas, y se deja caer abrupta-mente en el jacuzzi también. Ahora se dirige a mí y comenzamos a besarnos, pero tengo ganas de nadar, así que me lo quito de encima y me meto de lleno en el agua. Mark grita algo pero no logro entenderlo. Cuando llego al final del jacuzzi veo a una chica de piel blanca y rulos, con la parte de arriba de su bikini de color amarillo, muerta en el fondo del jacuzzi para 10 personas.


Continuará...