viernes, 23 de diciembre de 2011

Hardcore en La Previa.


Estoy sentada en una silla de plástico blanca y a mi izquierda están Camila, Lumi y unas chicas que vinieron con ellos. A mi derecha está el guitarrista de La Byfú, con una remera amarilla silbando el ritmo de una canción que si mal no recuerdo se llama Víctimas, y la está cantando Nicolás con su guitarra frente al público. Después de que cante Nicolás deberíamos tocar con mi banda, pero no me preocupo mucho por ello. A decir verdad, estamos a punto de tocar en un boliche que se llama "La Previa" que queda en calle 5 entre 11 y 12, en Maldonado Nuevo, donde el dueño tomó la iniciativa de llevar bandas de rock and roll en vivo porque la cumbia no estaba siendo fuente de convocatoria para su negocio. Hoy, más temprano cuando llegué al lugar, lo primero que visualicé en él fueron unas luces azules de esas que se cuelgan en Navidad, y una puerta negra con dos vidrios rectangulares arriba. Cuando entré, me dio la impresión de un boliche Hawaiano, ya que en su decoración de interiores había mucho de palmeras y de ambiente a quincho. Siento que esto le aporta un ambiente de verano aunque sean las 03:00 de la mañana, y mi banda todavía no haya tocado. Finalmente, Nicolás canta y toca su último tema que se lo dedica a Lumi, y cuando me doy cuenta que es un tema de Intoxicados que me gusta, empiezo a cantarlo junto a ellos.
Finalmente Nicolás concluye su repertorio de canciones y me veo un poco entusiasmada porque ahora toca mi banda, pero antes el dueño y un flaquito bastante alto toman el poderío frente al público y comienzan a tocar canciones de un grupo que se llama Sin Bandera, con una voz muy aguda, y la gente a mi izquierda comienza a burlarse de ellos. El flaquito y el dueño terminan sus temas de Sin Bandera, pero luego llega otro chico que se llama Cristopher, y comienzan a tocar una canción que tiene una versión en cumbia, que creo que se llama "Yo no sé mañana", o algo así. Durante la canción me noto media somnolienta, y trato de reanimarme siguiéndole el juego a Nicolás y sus amigos que le aplauden como si les gustara la canción que están tocando el flaquito alto y Cristopher.
Cuando finalizan sus canciones me levanto y camino hacia donde está el micrófono y lo tomo. Empiezo a probarlo y el volumen está bastante alto. Noto que Daiana y el resto de la gente de La Byfú me gritan cosas y les sonrío. Gonzalo está probando la batería, Damián el bajo, y falta que Ertin venga a probar la guitarra. Ahora sólo estoy de espaldas al público, mirando hacia la batería. Cuando me doy vuelta veo a Ertin que viene a conectar la guitarra, y se agacha en posición de cuclillas para enchufar el plus al amplificador, y cuando regula la distorsión, etc, un señor bastante ebrio trata de pasar una silla de plástico por arriba de el, pero fracasando totalmente le pega reiteradas veces a Ertin en su espalda, sus hombros y su cabeza. Ahora Ertin se da vuelta y me mira, y ambos nos reímos de esto.
Finalmente estamos todos listos y comienzo a presentar la banda. La gente nos aplaude y siento unas risas desde el fondo del público. Tocamos el primer tema y todo suena bastante bien, hasta que el dueño del boliche me baja el volumen del micrófono, y, cuando le pido que vuelva a subirlo, baja el volumen de los equipos de bajo y guitarra. No muy contenta, sigo cantando igual el segundo y el tercer tema, hasta que el dueño se acerca y me dice que vamos a tener que cortar todo, porque los milicos se están quejando. Ahora se dirige para afuera, mientras apoyo el micrófono en el piso, y le sigo. Cuando salgo, le encuentro y le pregunto que pasó.
-Che, qué onda? Vino la Intendencia o algo?
-No, vinieron unos patrullero ahí viste? Tenemos que cortar gurises-le da una pitada a su cigarrillo y expulsa el humo-
Cuando me acerco hacia la vereda, miro hacia la calle y no veo ningún patrullero, aunque estemos a tres cuadras de la Comisaría de Maldonado Nuevo.
Yo no contesto, obviamente. Y me dirijo de nuevo frente al público, tomo el micrófono y digo a la gente que vamos a tocar el último tema. Nos aplauden, y en la segunda ronda de la canción nos equivocamos, y yo me pierdo y noto que Ertin y Damian están tocando Torturador, de Los Estómagos y luego se detienen y Damian hace una introducción al tema que no me interesa mucho escuchar, pero que luego de ésta, comienzo a gritar. Un par de flaquitos contra la barra, tienen ganas de reírse pero no se animan, y a su vez siento a dos pibes de La Byfú cantar el tema, y también a Damian que lo canta a destiempo, y al mismo tiempo veo a un petiso que lleva puesta una gorra de vicera, que se mueve constantemente y agita como metalero aunque no tiene el cabello largo. Me arrimo al petiso, y empiezo a gritarle y aunque el no sepa la canción, grita conmigo. Ahora estoy muy enojada, pensando en que deberíamos tocar más temas, y empiezo a gritar muy fuerte, más fuerte de lo normal hasta quedarme sin voz. Cuando termino les doy las gracias a todos y me voy hacia afuera.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Buscando y encontrando.


El mediodía de noviembre había comenzado errado. Un sábado que venía de un viernes a la madrugada dando vueltas y vueltas a la cama, con la noche enganchada a la almohada.
A eso de las diez se abrió la puerta de mi cuarto y dije con los ojos entornados: estoy durmiendo. No dejé espacio para pasar, ni preguntar, respondí cortante.
En ese mismo instante las articulaciones y tensiones de mi cuerpo mal dormido desaparecen y mis pies logran llegar a la terminación en madera de mi cama. Juego un poco con los dedos de los pies, y me quedo un momento pensando en nada, sólo recién nacida al movimiento.
Observo el sol en la ventana, y unas prendas colgando de la silla sobre un almohadón rojo. Voy por los pantalones cortos y la musculosa blanca. Me los pongo, y me dirijo hacia el baño.
Allí hago todos los rituales: lavado de cara, dientes y manos; y recorro la mesada de la cocina buscando un encendedor. Encuentro uno naranja que de seguro era de Jorge, y nosé porqué terminó entre la colección de encendedores de mamá.
No le doy mucha importancia a ello, encontré lo que había buscado. Me largo hacia el cuarto nuevamente sin saludar a nadie, y enciendo un incienso de vainilla. Devuelvo el encendedor a la mesada.
De regreso al cuarto sin saber muy bien qué hacer, abro el primer cajón de la mesa de luz que mi hermana había forrado con un par de historietas de cómics, y tomo el libro de la Srta. Safo, que me prestó Irene hace unos días cuando fuimos a ver una obra de teatro a Villa Rosita.
Después me voy al fondo de mi casa y por más que sacudo la hamaca paraguaya de un lado a otro y de arriba hacia abajo, no logro sentir comodez porque el día anterior había estado lloviendo y, por lo tanto, estaba mojada.
Por fin, me siento en el árbol que está acostado a lo largo del fondo de mi casa desde el temporal del 24 de marzo, y retomo la lectura de la noche anterior, cuando me dormí con él en manos y entonces de seguro mamá lo guardó en el primer cajón de la mesa de luz que mi hermana había forrado con un par de historietas de cómics.
Me engancho a leer y llego hasta la segunda carta de la Srta. Safo sin poder parar un segundo. Ahora me había marcado mi propio límite y observando tras el ojo de mi perra que estaba acostada a una distancia de aproximadamente tres metros de donde estaba yo, en el Galpón; movía la cola y levantaba sus orejas cada vez que venía alguien, entonces me avisaba.
Ahí mismo cerré el libro, le puse el marcador que es una hoja que encontré sobre el escritorio y me dije a mi misma: quiero escribir.
Vuelvo a mi cuarto, y empiezo a buscar el CD que trae un compilado de canciones que no se encuentran en ningún sitio web de Internet, y me desespero; porque no está por ningún lado. Seguidamente, me sumerjo en la estantería donde tengo mis enciclopedias, álbumes de fotos y una cantidad de cosas mas que hoy la computadora ha sustituido, entre ellas: las guarda-discos. Busco en ellas y tampoco está. No hubo más remedio que escribir escuchando el documental sobre los desaparecidos que estaban mis padres mirando por vigésima vez al otro lado del cuarto.
Pero que obviamente, sin darle mucha importancia a ello empecé a escribir como si no escuchase nada. Total, había encontrado lo que estaba buscando...

Escribir.

martes, 20 de septiembre de 2011

Cosas de hospitales Iº.

Hablemos de cosas deprimentes. O no. Mejor no. Hablemos de cosas deprimentes y de cosas inesperadas.

Acto I-Lo deprimente

Como por tercera vez en el año me dirijo hacia el Hospital con mamá. Voy sentada en un taxi con las piernas separadas en posición de parto y mis manos enganchando la costura fruncida del pantalón que es la que me aprieta y hace que el estómago me duela más. El taxista (o tachero como le dice papá) está escuchando una radio en la que la audiencia cuenta deliberadamente lo que quiere sin ningún tipo de filtro y a través de mensajes; y de a ratos en las pausas pasan alguna canción media mezclada entre Ricky Martin y Celia Cruz (lo cual no ayuda mucho con mi condición de enferma).
Al llegar me bajo con mi madre que caminando a mi lado me deja apoyar mi peso en su hombro, porque cada uno de éstos que doy me duele el estómago como si cada paso fuese una contracción, y así hasta sentarme en los bancos perfumados de bacterias. Listo. Mamá esperando para registrar mi tercera entrada, a través de una ventanilla, mientras yo sentada y decaída por mi enfermedad (y los plidex de unas horas antes para calmar el dolor), observaba a los que me observaban a mí, e intentaba no terminar durmiéndome justo en ese lugar. ..

Acto II-Lo inesperado

Mamá en la fila esperando paciente para registrar mi entrada cuando entra un tipo alto, de mas o menos unos 1. m 80 cm, pelo largo (castaño claro) y atado, ojos claros, unos jeans ajustados y una remera de manga corta. Al principio no noté todo esto. Sólo me dió el aspecto de un metalero panzón y cocainómano (aunque las últimas dos características no tengan conexión) que por alguna razón venía caminando a lo machote bravucón. Se para en el principio de la fila, y hablando fuerte casi gritando le dice a la señora a través de la ventanilla:

-Mirá, necesito que POR-FAVOR me selles esta receta porque necesito clonasepán.
-No señor, no puedo, esta receta ya venció.
-Pero a ver, dame un blister por lo menos... Dos! Lo necesito ya!
-Consiga una receta y vuelva señor, yo no puedo sellar una receta vieja.
-Ay pero.. A ver! Con quién tengo que hablaaar?!

El metalero se dirige a la puerta de Emergencias que está custodiada por dos guardias de seguridad y que al lado en un banco, estaba yo. Le habla al guardia de seguridad varón.

-Dónde esta "la negra"?!
-Viene en la noche ella, si quiere yo le digo que usted pasó.
-Dale, dale, decile porque QUIERO hablar con "la negra" eh. Gracias loco... Y vuelve a la ventanilla de registro...

Acto III-Lo deprimente

De haber pasado a observar a los que me observaban a mi, que ocupaban la sala de espera, al pasar a observar al machote bravucón exigiendo clonasepán, me sometí a la peor de las torturas del hospital. Cuatro horas sentada esperando a que me atendieran respirando perfumol barato que apesta a incienso de lavanda con alcohol, e imaginándome lo que pasaría por la mente de esos padres que dejan a sus hijos revolcarse por el piso del hospital libremente, tal como si éste fuera un parque de diversiones.
Y me vuelvo a apoyar en el hombro izquierdo de mamá. En los minutos siguientes me torno insoportable, como si fuera un niño. Pesimista, criticona, hasta histérica. El hospital me pone así...

Acto IIII-Lo inesperado

Entonces el sujeto cuando vuelve a la ventanilla de registro insiste exigiendo su clonasepán y gritando a los cuatro vientos que POR-FAVOR se lo den, que es un medicamento psiquiátrico. Finalmente le sellan su receta y se lo dan.
Cuando señor clonasepán se retira del hospital una señora de unos 40 años por ahí, se acerca a la puerta de Emergencias que está custodiada por dos guardias de seguridad y que al lado en un banco, estaba yo. Le habla al guardia de seguridad varón (vaya uno a saber porqué siempre le hablan al varón).

-Disculpe, no me deja entrar a hablar con la pediatra? Yo nosé como se llama... Yo vengo de lejos, tengo a mi hija de 6 meses toda quemada y como no tengo plata pa' comprar gasas le quería pedir a la pediatra a ver si ella no me daba...
-Yo entiendo señora, pero no la puedo dejar pasar sin una orden.
-Sí, pero la tengo toda quemada a mi hija yo, no fue mi culpa tampoco, vio? Es que sin querer la estaba agarrando con el brazo derecho y en el otro tenía una sartén con aceite caliente y bueno.. Sin querer perdí el control (señora... quién le dio esa receta que combina aceite caliente con bebes de 6 meses?)
-Yo la entiendo, pero no puedo dejarla entrar. Ahora cuando salga la pediatra a llamar pacientes le preguntamos.
-Ay, sí.. Gracias! La máquina de café funciona?
-Sí, todas funcionan, sale $15 con monedas.
-Ah, tienen una moneda de $10? Porque no tengo monedas.

Finalmente el señor le da una moneda de $10 y la mujer se retira a hacia la máquina de café.


Continuará...

viernes, 12 de agosto de 2011

El chico del violonchelo.


De veras hubiera querido haberme podido reflejar en él. No hablando con metáforas, claro. Literalmente, reflejarme en él y ver mi cara con esa sonrisa que le tiré...

El chico del violonchelo me había dicho para salir a hacer nada una noche cualquiera y yo le dije que sí. Era la primera vez que salíamos y me dijo que en 15 minutos me pasaba a buscar. Y yo me cambié y ya estaba pronta, pero igual lo hice esperar. Creo que más de cinco minutos al frente de mi casa con su moto afuera. No era tanto, ni yo ni él habíamos planeado nada. Solo salimos a caminar, hablando de cosas y no hablando mucho. Y así cuadras hasta que nos salvó el tablado: murga, samba y un par de bizarreadas más que entre ron con fanta se disolvieron. Me acuerdo que en el escenario había una murga, haciendo una parodia sobre el mundial y el se reía. Y yo me reía de la risa de él, pero nunca se lo dije. A la salida del show se prendió un porro y de ojos chiquitos caminamos junto a un par de conocidos que se encontró. Y cuando nos dejaron nos salvó la plaza, en donde nos quedamos y me contó un par de historias. Y yo le conté un par de boludeces sin sentido. Se hicieron las cuatro en la madrugada y le dije que me tenía que ir. Y volvimos al desafío de esas 20 cuadras sin saber que hablar. Y nos salvó que caminamos rápido. Cuando llegó, agarró la moto y se tenía que ir. Me miró. Y ahí le miraba yo, con mis ojos chiquitos hacia arriba. Le tiraba una de esas sonrisas en las que se te nota cuando te mueven el piso y se mezcla vergüenza con cosquillas.

Y de veras me hubiese gustado haber podido reflejarme en él para ver la sonrisa, los ojos chiquitos, la vergüenza y las cosquillas.

domingo, 7 de agosto de 2011

Todo eso que me gustaba.

Me gustaban esas noches de verano. O esas tardecitas de invierno. Y también esas hojas de otoño y ese corazón de primavera. Me enamoraba con un poquito de sol y me encantaba que me abrazaras sin que mis ojos te lo pidieran. Me gustaba la música en la mañana, el blog y yo. Me fascinaba cuando el lápiz escribía tan de largo así, y después me sorprendía a mi misma.
Amaba esas copas de vodka, esas noches de boliche y de terminar con gente que nada que ver, en cualquier lugar. Me gustaba el lente de la cámara captando recuerdos para colgar de la nostalgia de un futuro. Me volvía loca de encontrar personas y pasar el rato. Que me contaran cosas, lo que quisieran. Y esas tardecitas de invierno: marihuana, bajón y sol. Más tarde: siesta.
Los findes religiosos de salidas con amigos. Y las noches de lluvia y vino en el cuarto de mi hermano.
Me agradaban los Beatles, el grupito del liceo y los bizcochos de morrón.
Me encantaban las camisas a cuadros, el chaleco y los lentes negros de mucho aumento y armazón.
En las mañanas de otoño levantarme a mirar el fondo de casa y la enredadera de flores violetas.
Adoraba desafiar a mama y que me cortara el pelo. Que me hiciera peinados raros. Me gustaba la colecta para las 9 de oro y las tardes con Pía y Manuela. Y mi hermana. Me gustaban tanto las conversaciones larguísimas con Diego y Lorena.
Todo eso me gustaba. Todas esas cosas simples hacían sonar el disco que tocaba la música de fondo en mis días. A algunas cosas las conservo. Y a las otras me las guardo en recuerdos. ¿No?. O en el armario. Como el chaleco, y las camisas a cuadros que usaba.

"En Macondo comprendí que al lugar donde has sido feliz no deberias tratar de volver."

domingo, 29 de mayo de 2011

Jhon the Bully.


Lo recuerdo bien, hace unos meses había salido del jardín y ahora ya entraba a primero. Entonces caminaba junto a mamá hacia mi escuela, la Escuela 7 (que no me agradaba nada pero era la que tenía más cerca), y recorría esas tres cuadras largas observando al frío disfrazado de humo escaparse por mi boca. Luego frente al portón de rejas blancas de la entrada siempre esperábamos unos 5 minutos a que se hiciera la hora. Así que cuando la hora se hizo atravesé la dirección, y los tres primeros salones, luego el patio. Después el molino y finalmente llegué al salón. Y ese día ya iba por otoño más o menos, si el árbol súper grande que yo podía ver a través del ventanal junto a mi banco ya se estaba quedando sin hojas, y las que le quedaban estaban secas, como teñidas de dorado.
Entonces estaba sentada en ese cuarto banco junto al ventanal que daba al patio, atendiendo a la maestra Iliana: una pelirroja panzona y alta, de labios teñidos de un rojo medio oscuro casi bordó; con su lunar bien marcado en el costado izquierdo de su nariz, entre ésta y su boca; sus ojos oscuros muy oscuros y más oscuros aún por el delineador negro, y finalmente sus cejas que le hacían parecer que siempre tenía el ceño fruncido.
La maestra tenía un carácter de esos que podían controlar a una clase de mas o menos treinta niños recién salidos de jardinera, pero a mi me generaba una ligera simpatía, no llegaba a cumplir con ese patrón de maestra mala y severa. Entonces Iliana daba la clase, y Jhon de seguro preparaba algún ataque secreto a algún compañero, sentado en uno de los bancos del medio, con su túnica desprendida y su cara de Bully. Jhon era flaquito y alto, de tez oscura. Y siempre con ese rapadito "terciopelo", que no es a cero pero tampoco deja al pelo moverse con el viento. Entonces Iliana tenía que hacer algo fuera del salón, y ahí la clase temblaba; porque hay algo que nunca descifré porqué, pero en vez de elegir a el más "normalito" para encargado de la clase, elegía al más Bully. Y así nos mandaba Jhon a hacer lo que el quería, sino nos pegaba, o le decía a la maestra que nos habíamos portado mal. Entonces se acercó hacia mi banco, me hizo unas caras raras y salió para afuera con su honda. Tomó una piedra, la colocó en la banda elástica, y disparó hacia el árbol. Mientras yo lo ignoraba, deseando que llegase Iliana. Toc-toc, en el ventanal de al lado del banco, y cuando giré la cabeza, el cuerpo se me vistió de frío. El sorete de Jhon le había dado con la honda a un pajarito y ahí lo tenía contra el vidrio, todo muerto. Con el penacho despeinado y la cabeza ensangrentada. Pero con eso no bastaba, entonces empezó a "limpiar" el vidrio con él, apretándolo con la mano y haciendo círculos; entonces ahora la panza también sangraba. Jhon se reía como si me hubiera hecho una broma de escuela. Y yo lloraba, qué iba a hacer? Lloraba como una pelotuda. A todo lo que pasaba alrededor le hice oídos sordos, se congeló el tiempo, y quedó en difuminado. Cuando vino Iliana ni si quiera me dio para contarle lo que había pasado. Todo siguió su curso normal.
Ahora, diez años después sigo viendo el pájaro en el ventanal, se me viene el recuerdo; me paralizo y lloro. Lloro como una pelotuda, que voy a hacer? Cuando le veo a él, veo a Jhon y a el pajarito muerto en el ventanal. Luego ni si quiera me da para decirle algo. Y nada sigue su curso normal.

domingo, 8 de mayo de 2011

Ahí, donde es invierno.

Ni allá, ni acá. Ahí. Ahí donde la ficha cae, es invierno. Donde en vez de sueños profundos me traigo 1:42 de la mañana insómnica y un parlante del que no paran de sonar temas acústicos de Flema referidos al suicidio. Ahí donde en el escritorio hay una cuadernola con deberes a medio terminar, y una cartuchera abierta, y las biromes fuera. Y unos cuantos pañuelos descartables usados, y un plato lleno de migas. Yo frente al monitor.
Ahí donde el caos amoroso empieza, ahí donde hay cuarenta mil cosas en la cabeza. Ahí, donde el reloj se viste de rompecabezas. Ahí donde me peleo con matemática y física. Ahí, donde llego tarde a las clases de teatro.
Ahí donde almuerzo, me visto, tiro los útiles en el bolso, y todo de apuro. Ahí donde corro hacia la parada del ómnibus. Ahí donde salir los viernes y sábados se vuelve religión, porque el liceo se vuelve stressante y aburridor. Ahí donde no me da el tiempo. Ahí donde corro caminando y salto alto volando, donde me quedo quieta moviéndome y donde me callo gritando.
Ahí donde suena el despertador bien temprano y nunca me levanto a su compás. Ahí cuando la ficha cae, es invierno. Bienvenido, invierno. De seguro en el verano no te extraño.

martes, 29 de marzo de 2011

En cierta manera creo que soy flor violeta.


Mi casa queda en un rinconsito en lo más profundo del mundo. Si ves en el mapa, nunca se encuentra. Sin embargo, yo sé cuando estoy en casa porque me irradia esa energía, tan agradable y sincera que cuando me siento a gusto en otro lugar, al instante digo: ¡como en casa!.
Yo sé que no hay lugar como mi casa. En casa las tardes de sol son lo mas refrescante en tiempos de estudio y responsabilidades. Y hoy estoy en una de esas tardes: sentada sobre un cómodo almohadón rojo en donde comienza el escenario, que es donde me paso la mayoría del tiempo cuando estoy en casa. El escenario es el fondo de casa, y le llamo así porque siempre tiene lo mismo, pero si una se queda observándole por mucho tiempo, se da cuenta que siempre cambia de escena. En esta misma tarde habré visto más de seis pasajes de escena. Primero el sol golpeaba fuerte en mi cara, y luego el cañaberal se mecía de lado a lado como hamacas con el viento. Luego al paraíso (que desde un 24 de marzo está acostado sobre el pasto debido a un temporal), logré contemplarlo calmo y vivo, como siempre. Y de un momento a otro las perras correteaban de un lado a otro saltando de lado a lado del tronco, y así un montón de escenas más. El escenario es bonito y también tiene una palmera de la cual nace un fruto butià. Pero lo que más me llama la atención de él, son unas flores violetas que andan como enredadera por todos lados de donde se lo observe. Cuando están enrolladas, son fucsia y en su comienzo blancas. Luego, cuando florecen son violetas, muy violetas radiantes. En un costado repleto de arbustos, con pequeños coquitos amarillos, aparece una de ellas y se queda. Y resalta. Luego al otro costado repleto de arbustos, aparece la enredadera de flores violetas de vuelta. En cada rincón del escenario, por más alejado que esté se encuentra una de ellas. Miré hacia el techo de la casa del vecino y habían un par también.

En cierta manera a veces me siento como ellas. Rodeada de arbustos, hojas de paraíso, techos de casas, siempre están ahí. Y siempre son violetas. No cambian de color por cambiar de escena.

sábado, 26 de marzo de 2011

Cosas de hospitales y yo.




Ese mismo día en que pasó todo ya molestaba. El dolor corría desde mi muslo izquierdo hasta mi rodilla. Toda dolorida, quejosa, maricona, lloriqueaba. Caminar casi que no podía y daba pasos de tortuga, muy despacio, con paciencia y calma, para que no gritara. Allá a los minutos llegaba al destino, a veces sola y a veces colgada del cuello de mi madre, que me acompañaba y se dejaba apretar tan fuerte como yo lo necesitase; ni bufaba.
Cuando llegaba al baño pasaba unos minutos entre poder bajarme la ropa interior, orinar plácidamente y luego subirme la ropa interior de vuelta. Y allá el largo minuto hasta llegar al cuarto. Y acá vamos de vuelta, me enfrento a la cama. Primero arrodillada y luego me plasmaba en el colchón. Me dejaba caer, tal como si no doliese, tal como si no golpeara mi cabeza frontalmente contra la almohada. Tal como si respirara. Y ahí me quejaba, pasaba minutos llorando y haciendo un mmmmmm agudo con la boca. Tan molesta, tan vulnerable, totalmente inválida.
Y me ponía en posición foca y así tomaba el jugo, u comía algo. Cuando me dejaba caer me arrastraba, así quedaba bien calzada mi cabeza en la almohada. Y de nuevo el mmmmm agudo con la boca, súper molesta, tan vulnerable, totalmente inválida.
Esa noche no dormí. Me molestaba yo misma y toda afiebrada no podía, no podía dormir. De vuelta en pie a la 13:00 emprendí viaje hacia el hospital, el maldito hospital. Portaba mi mejor cara de culo y mi más cómodo almohadón. Allá llegué, y pasaban las horas, y yo no sentía mi nombre. Hasta que lo escuché. Deslizándome en la silla de ruedas, tirando de ellas, me dirigí hacia la puerta y a la misma vez una señora de como unos 90 se acercó también:

Y allá estaban, el guardia de seguridad, la señora, mi silla de ruedas y yo.

-Disculpe, yo soy María Olivera también -dije al guardia-
-Nah, es la señora -contestó la voz más grave y masculina del lugar, mientras masticaba un chicle-
-Pero si tengo un nombre tan original puede que hayan 9 personas con el mismo! -comenté a mi madre cuando volví.
Toda dolorida, a ver pasar el tiempo con esa mala energía. A sentir ese olor a perfumol de hospital y ver pasar las caras cansadas de esperar, doloridas, angustiadas. Y escuchar las conversaciones de mamá con las señoras que contaban sus enfermedades, sus dolores y el mal funcionamiento del lugar.

Así pasé unas cuantas horas, hasta que vi acercándose a la misma señora de 90 años con la que me había cruzado hoy, que me venía a hablar:

-Disculpe, María Olivera? Le pregunto porque lo que le voy a decir les va ayudar.
-Si, si, soy yo.
-Ah, mire, yo también me llamo María Olivera, y hoy cuando me atendieron a mi, era a usted que la tenian que atender. Pero no se preocupe, ya la van a llamar. Ya la van a llamar. Esperemos que no sea nada!
-Augh! No te puedo creer....... qué mal. Bueno, gracias señora. Que pase bien.

Y allá pasaron las horas, y recién a las 21:00 me atendieron, por ahí. Y grité, y pataleé. Hasta recuerdo haber apretádole el brazo a la doctora y que me mirase mal. Y me cortaron, mariconeé de lo lindo, pero lo peor es que no exageré.
De vuelta a casa con el pinchazo-calmante en el comienzo de mi nalga derecha y cuando cruzo la puerta de casa mi cuerpo se suelta. El efecto comienza. A dormir.

lunes, 21 de marzo de 2011

Y todo eso el poeta, y todo eso los poemas.




En un rincon del cuarto encontré un libro.
Y en ese libro encontré poemas que a su vez, contenían palabras.
En esas palabras encontré sentimientos que a su vez, los había sentido un poeta.
Y todo eso tenía el rincón del cuarto. Y todo eso tenía el libro.

El miércoles pasado me subí al ómnibus.
Y en ese ómnibus sonó en la radio una canción. En esa canción encontré un poema.
Que rimaba con notas, sonidos, y unos pentagramas.
Y todo eso el miércoles pasado, en el ómnibus. Y todo eso en una canción.

Nunca me encontré a un poeta, pero sí encontré poemas.
Y se que cuando el poema llora, el poeta también.
Cuando ríe, cuando goza, cuando no hace nada, el poema lo dice todo.
Y todo eso leyendo poemas, y todo eso el poeta.






lunes, 7 de marzo de 2011

¡Sumate, no te lo podés perder!


¡ACERCATE AL PRIMER VEGAN TANG!


¿De qué va el Vegan Tang?

El vegan tang es un encuentro que se viene realizando hace varios años a nivel global y esta es la primera que se llevará a cabo en Uruguay. Es exclusivamente vegano y a favor de la causa. Y porta un lema común en todas partes del mundo: "Una tanga llena de vida por cada animal muerto", que consiste en que todas las personas que asistan, (en este caso las mujeres) dejarán sus tangas en un árbol a un lado de haber pasado por el portón del parque, granja, bosque, playa, etc. En el caso de los hombres, dejarán su ropa interior en el Vegan Canasto del lado izquierdo después de haber pasado el portón. Un evento admirable y valiente que simboliza la sinceridad de los veganos para con los animales en todos los sentidos.

¿Dónde es y cuando?

El Vegan Tang lo hacés vos, tu vecino, o tu vegan group más cercano. Como mencionamos anteriormente, optamos por lugares abiertos, en los que se pueda apreciar la naturaleza y el aire puro en su máximo esplendor, y, por supuesto, para conectarnos cada vez más con la naturaleza hasta sentirnos libres y salvajes. En esta ocasión te esperamos en la Veganstreet de la Vegan House de Ricardo Acuña (o Mariposita Vegana en facebook), a las 09:00 hs el 17/03.


¡No te vas a aburrir!

Para divertirnos un poco y entendernos mejor el Vegan Tang ofrece una cantidad de actividades que hemos preparado con mucha buena onda, el primer día constará de:

Talleres de sexo tantrico.
Una charla de Master Animalitos que ¡nos enseñará a identificar Cucumelos en el campo y además nos traerá recetas veganas con marihuana!
Una aventura única en el subsuelo que se encuentra bajo el aljibe de Pocha (una vecina del campo) con música electrónica y caipirinha con limón del limonero de allí.

Y en el segundo día:

Probaremos nuestra suerte con las recetas de Master.
Ayunaremos por la mañana y por la noche, nos acostaremos todos sobre la MegaTang que es una tanga gigante que hicieron unos compañeros de Bolivia en su tercer vegan tang luego de quedar emocionados por la matanza de ballenas en Japón. Mide 70 metros de largo por 50 de ancho, hecha con mucho amor y garras de los activistas bolivianos.

Finalmente, en el tercer día:

Nos bañamos en el arroyo.
¡Nos sacaremos fotos artisticas con la Vegan Cam para tener de recuerdo!
Finalmente los chicos realizarán la famosa "Liberación de los boxers" simbolizando la liberación animal y liberarán su ropa interior del Vegan Canasto en el arroyo cercano.
Luego, si queda tiempo, hablaremos sobre veganismo y finalmente nos despediremos :(

Cosas a llevar:

* Demorrugador, Bowls, Cucharas, etc para las recetas de Master.
* Llevar Cachaça, Azúcar y hielo picado para la caipirinha, y vaso.
* Ganas de pasar una linda vegan Estadía.

¿TE LA VAS A PERDER? ¡TE ESPERAMOS!




jueves, 3 de marzo de 2011

Comunicado de ALERTA a la poblaciòn fernandina.

Quien suscribe: La Srta. Librìsima de Libros, de la Junta Departamental Anti-atontados. Para todos/as aquellos/as ciudadanos/as exigimos extrema atención y discreción en cuanto a este comunicado.

A usted, sí, a usted le hablo. Al despierto/a de la casa, al no atontado/a. O al no atontado/a del todo, y al que está hundido en la tontéz máxima, también. Hace más de un año el Centro de Estudio de Ciudadanos de Maldonado (C.E.C.M) , ha detectado una posible Interdemia que ha avanzado desde los últimos años hasta la actualidad, en nuestra ciudad.
La Interdemia, es el nombre que le han puesto los doctores a este caso, y deriva de dos palabras: Inter de "Internet" y Demia de “Epidemia". La Interdemia consta de un virus que se contrae por el consumo y exposicion masivo a la internet, y afecta igual en las personas de cualquier edad, con todo tipo de estados físicos y mentales. El virus se llama Internepobus Adictilibus y según dicen los expertos, irradia una onda transparente llamada Tontilina, que rodea todo el cuerpo, dejando a éste de alguna manera “atado” a su entorno cuando está frente a una PC.
Las personas que poseen este virus, presentas síntomas como:

-Estar mucho tiempo frente a un ordenador (aunque no esté haciendo nada, solo jugando al tetris, o haciendo “clicks” en todas las ventanas abiertas).
-Frecuentar enfermizamente sitios web personales (estas personas adoran sitios web como por ej: Facebook, Msn, Youtube, Twitter, Fromspring, etc), y cuando se han desconectado, realizar muchas expresiones que contengan la palabra: Muro, Chatear, Perfil, Me gusta o Ya no me gusta, etc).

Y en los casos en que el virus está muy desarrollado:
-Aislar completamente los sonidos y hechos externos a la pantalla del ordenador (no responder cuando se les habla, no reaccionar a un incendio, u dejar para más tarde los estudios; o en personas más grandes no hacerle la comida a sus hijos, no fregar, etc).
-Juntarse con amigos y pasar chequeando un rato cada uno sus cuentas personales.

Si ha detectado esta clase de comportamientos en algún integrante de su familia, reportárselo de inmediato a la Junta Departamental Anti-atontados que se encargará de estos casos con el programa que se está llevando a cabo: “Campamento de Recuperación para Atontados ” y los devolverá a su casa, activos, cultos, y atentos.
Puede que estas personas luego de recuperadas presenten síndrome de abstinencia en la cual se cuestionen cosas como: ¿Y ahora tendré que crear? ¿En vez de Googlear, leer? ¿Cambiar Word por un Diccionario y la Agenda?. Pero no se preocupe, un par de cachetadas y baldes de agua fria resultaran.

Atte: Librìsima de Libros.
: Junta Departamental Anti-atontados.
: Centro de Estudio de Ciudadanos de Maldonado (C.E.C.M).

sábado, 15 de enero de 2011

Una las dos.

Hace unos cuantos años atrás yo conocía a Cotoncha, ella estaba en cada rincón de mi, confundida en mi piel, derretida en mis pupilas, en el iris de mis ojos. Estancada en mi garganta, en el vómito de una lluvia de gritos que hacían eco en el lugar más alejado del mundo. Y para ese entonces era mi cuerpo con otro nombre, Ximena.
Ximena era la flor y Cotoncha las espinas. Ximena escribía en el cuaderno y Cotoncha se lo mostraba al mundo sin miedo, sin barreras y orgullosa. Convencida, impetuosa, temperamental y sin duda alguna que segura. Ximena era tolerancia y Cotoncha convicción. Ximena era el vaso lleno de ideas y Cotoncha el trago que lo desbordaba. Y a medida que el tiempo pasaba se llenaba mas el vaso, cada vez más, con ideas, con el vómito de gritos en la garganta, con las pupilas dilatadas de ver tantos colores y no poder pintarlos. Y cuando el vaso cayó conocí a Cotoncha, y el contenido de el primero se derramó en todo mi cuerpo, y el borde de cada partícula vidriosa de él penetraron en mi piel como una jeringa. Y no eran heridas que dolían, eran heridas que sanaban; era sangre de la buena, un sentimiento parecido al de despertarse de un domingo resaquero con el sol en la ventana y una mañana que da el pie a otro día. Desde ese entonces Cotoncha y yo caminamos juntas, recorrimos borrando fronteras enteras en nuestra sangre, desde el latido que bombeaba en lo más profundo del corazón, hasta el mínimo deseo de querer abrir la cortina y dejar entrar el sol en la mañana. ¿Y que si me preguntan mi nombre qué digo? Me vale que desde que dejé de escribirle cartas al señor que entraba por la chimenea y levantarme temprano a recoger sus regalos, mi nombre no ha cambiado ni modificado nada. Hay cosas más lindas de las que podemos disfrutar antes de ponerle un nombre a todo, o inventar diccionarios. Y desde que ella y yo formamos una las dos he vivido algunas de esas cosas lindas que tiene la vida y sé que me esperan muchas más por descubrir. Aunque hayan noches en las que aún sienta esa sinestesia constante, hay cosas más importantes que un millón de preguntas y un cerebro para pensar. Y estoy dispuesta a ir por ellas, y por todo aquello con lo que sueño cambiar, y también por lo que quiero diferente, o así como está. Tengo en mi cuerpo a una luz re linda que conocí y a otra que ya formaba parte de lo que soy hoy, y Cotoncha o Ximena es lo mismo, somos una las dos.

domingo, 2 de enero de 2011

¿Quien dijo que el sexo era de noche?

Parte uno de la conversación: "Sobre lo que es peliculesco de garchar toda la noche, y lo que no."



El dice :
*Conozco gente que le ha pasado.
*A mi por ahora no me pasó.
*Creo que me divertirìa que me pase.
*Tendrìa otra historia cómica más para contar.
*Es más divertido contar cosas horribles sobre las citas que cuando salen bien, para serte sincero.
*Decir "me gusta, estuvimos toda la noche garchando e inclusive disfruto hablando con ella y compartiendo momentos, creo que me gusta bastante", es aburrido.
Ella dice:
*Jajajaja.
*Pero eso es mentira.
El dice:
*En cambio, decir "pah, resulta que me dormí, cuando me desperté había babeado toda la almohada, y quedé como un idiota" es genial.
Ella dice:
*No creo que nadie pueda decir eso.
El dice:
*Mucho más divertido.
*Jaja, paraaaa.
*¿Por lo de toda la noche lo decís?, jaja.
Ella dice:
* "Me gusta, estuvimos toda la noche garchando e inclusive disfruto hablando con ella y compartiendo momentos, creo que me gusta bastante" Es muy de pelicula.
*Ojala fuera a una cita y garchara toda la noche además.
*Jajajaja.
El dice:
*Jajaja, ¿lo crees tan imposible?
*¿Será que soy un romántico asqueroso?
Ella dice:
*No, imposible no es nada.
El dice:
*Awww.
Ella dice:
*Yo garche abundantes horas, ¿pero toda la noche? .
*Jajaja me salio la positiva.
El dice:
*Basta de decir eso ¬¬ Volar, por ejemplo, es imposible, retroceder el tiempo, detenerlo ¬¬
*Pero no nos vayamos de tema u.u
*Jajaja, ta, para, lo de toda la noche no lo contemos.

Parte dos de la conversacion: "¿Será verdad lo del sexo tantrico?"

*Igual aspiro a ello algùn dìa, viste còmo es con esto de sexo tàntrico y todo eso (?)
Ella dice:
*Jajajaja: volvamos al tema "garche".
*Jajaja si.
*El sexo tantrico.
El dice:
*Pero me refiero a lo demás, la cuestión que dijiste ser muy peliculesca.
Ella dice:
*El sexo tantrico me parece de..
*Cobarde que tiene miedo a garchar porque es su primera vez.
El dice:
*¿De...?
Ella dice:
*Entonces el tipo te lleva a una habitacion con una mina que esta tri loca y es terrible hippie.
El dice:
*Jajaja, ¿cómo?
Ella dice:
*Y ahi tienen sexo tantrico y espiritual con instrucciones que ella les da.
*Jajajajajajjaa.
El dice:
*Jajajajajaja.
Ella dice:
*Las cosas que inventa la gente para no garchar.
*u.u
El dice:
*Yo me lo imaginaba, más bien, leyendo un libro o mirando videos de internet (?) acompañado de una señorita que tampoco tiene idea -igual que yo- de lo que es el sexo tántrico.
*Pero para eso es necesario tener una pareja, novia, compañera, amigovia (?) o algo así (???)
*No le podés decir a alguien con quien nunca estuviste "che, ¿qué te parece probar esto del sexo tántrico?, no tengo ni idea de lo que es, pero tengo libros :seee:".
*Y esas relaciones, hasta ahora, no me han funcionado.
Ella  dice:
*Escuchame.
El dice:
*Más bien se terminan luego de estar 3 o 4 veces.
Ella dice:
*Lo del sexo tantrico no funciona boludo.
El dice:
*Aunque este año llegué al record y estuve un mes con una señorita y luego casi un mes con otra. No sé cómo sucedió.
Ella dice:
*¿Decís que acabás con sexo tantrico?.
*O te vas super caliente para tu casa puteando. Jajajajaja.
El dice:
*Jajajajaja.
*Creo que la idea es acabar sin eyacular (?)
*Muchas veces.
*Pero ta, o sea, yo aplicaría eso hasta la última.
Ella dice:
*Es todo un curro.
El dice:
*En el último momento al carajo con el sexo tántrico.
*Jajaja.
Ella dice:
*Jajaja.
El dice:
*Jajaja, nooooooooo.
*Escéptica ¬¬
*Cuando pase ocho horas garchando te voy a recordar esta conversación u.u
*(?)
Ella dice:
*Jajaja.
*No porque te vas a cagar de la risa.
*Voy a tener sexo tantrico con alguien.
*Y me cagare de la risa cuando me acuerde de esto.
El dice:
*Lo vas a recordar en el medio del acto sexual, de hecho, y después te costará concentrarte u.u
Ella dice:
*Jajaja si!
El dice:
*Ojo, si el sujeto con el que estás es un frustrado en el tema, no le eches las culpas al sexo tántrico.
Ella dice:
*Ay, ¿te imaginas?.
*Que desgracia seria.
*Elegis a un tipo para ir, y conectarte y garchar sin garchar y no se conecta-
*Jajajaja.
El dice:
*Jajajajaja.
*"Conectarse", no lo hagas sonar tan hippie-newage.
Ella dice:
*Jajaja es toda una cuestion hippie-newage el sexo tantrico, admitilo.
El dice:
*Ta, un poco.
*Bueno, bastante.
*Pero vos porque le ves toda la parte espiritual y todas esas locuras.
*Porque tengas sexo tántrico no quiere decir que vayas a terminar pelado, vistiendote de naranja y hablando de las energías.
Ella dice:
*Hare Krishna? No seas hijo de puta, no metas a los Krishna acá.
*Dejalos tranquilos que ellos curran tranqui en la peatonal, sin molestar a nadie.
*(?).
*No te inventan un sexo tantrico.
*Jajajaja.
El dice:
*Jajaja.
*Puedo tener sexo tántrico y seguir escuchando Joy Division, encerrarme un sábado de noche en casa y decir que todo es una mierda y todos unos idiotas, ¿o no? 7-7
*¿Decís que de a poquito me comience a convertir?
Ella dice:
*Si, porque es propio de freackie.
*Jajaja.
*El freackie hace cosas raras boludo, lo del sexo tantrico nadie lo va a notar.
*(?).

Parte tres de la conversación: "El no quiere ser "el raro", porque es un hombre, sigue mirándole el culo a las minas y todo".

El dice:
*Estoy comiendo todo crudo, y a veces hago yoga, hice tai ji este año.
*¿Decís que comencé un proceso irreversible? 7-7
*¿Decís que solo sea cosa de gente rara entonces?
*¿Que no cuenta?
Ella dice:
*Digo, digo.
El dice:
*¿Que es una cosa màs como ser obsesivo-compulsivo, ansioso y todo eso?
Ella dice:
*Si.
*Claro que si.
*Naciste para ser "el raro".
*Definitivamente.
*Jajaja no, eso no.
El dice:
*No quiero ser "el raro", bo :--:
*Ya me cansó eso.
*Hay dos cosas que me cansaron DEFINITIVAMENTE.
Ella dice:
*Lo dije en broma igual, eh :( .
El dice:
*Una, es que las mujeres que me gustan me digan "ay, me encanta ser tu amiga :)" ¬¬
*Y la otra es que me digan "ay, sos un demente :)" ¬¬
*Antes de ayer sucedió una.
*Pfff.
Ella dice:
*Jajaja, que hijas de puta.
El dice:
*Jaja, ya sé que lo dijiste en broma.
*Pero ellas lo dicen enserio ¬¬
*No es que me moleste ser su amigo, lo que me molesta es solo hacer cosas de amigos.
Ella dice:
*Jajaja "juguemos a los doctores".
El dice:
*Que me empiecen a contar todas sus intimidades, porque tengo cara de oreja, se ve, la gente me agarra y me cuenta cualquier cosa, no sé por qué, sé las intimidades de todo el mundo, los secretos 7-7 sé cosas que no querría saber. Me cuentan cualquier cosa y me dicen "ay, qué lindo ser tu amigo :)".
*Y acto seguido, me abrazan, se me sientan a upa, me dan un beso en la mejilla o cosas de esas :--:
Ella dice:
*Jajajajajajajajajaja que hijas de puta (segunda vez que lo dice) .
El dice:
*Creo que, en realidad, de verdad se creen que soy diferente a los demás hombres.
*Se lo creyeron.
*Me subestiman.
Ella dice:
*¿Era una especie de cometido eso?.
El dice:
*Se piensan que no les miro las tetas, que no les miro el culo cuando se paran y cosas esas.
*Se piensan que no tengo perversas intenciones ocultas.
*Se piensan que soy diferente, es eso u.u
Ella dice:
*"Y un dia voy a agarrar, y me las voy a sodomizar a todas despues de poner valium en sus bebidas".
El dice:
*Que soy profundo o algo así.
*No, no soy profundo.
Ella dice:
*Jajajaja.
El dice:
*Yo estoy acà y no hay nada de profundidad.
*Soy lo mismo que todos los hombres.
*CARAJO.
Ella dice:
*Jajaja boludo, tenes que hacer lo que te dije.
*Hacete el tri loco.
Ella dice:
*¿Te das cuenta de todas las cosas que hablamos a las 16:30 de la tarde, no? Con mi padre atrás arreglando cosas de su trabajo en su agenda. Somos unos hijos de puta boludo.
*¿Quien dijo que el sexo era de noche?.
*¿¡Quien?!.
*Jajajaja.
El dice :
*Jajaja.