domingo, 8 de mayo de 2011

Ahí, donde es invierno.

Ni allá, ni acá. Ahí. Ahí donde la ficha cae, es invierno. Donde en vez de sueños profundos me traigo 1:42 de la mañana insómnica y un parlante del que no paran de sonar temas acústicos de Flema referidos al suicidio. Ahí donde en el escritorio hay una cuadernola con deberes a medio terminar, y una cartuchera abierta, y las biromes fuera. Y unos cuantos pañuelos descartables usados, y un plato lleno de migas. Yo frente al monitor.
Ahí donde el caos amoroso empieza, ahí donde hay cuarenta mil cosas en la cabeza. Ahí, donde el reloj se viste de rompecabezas. Ahí donde me peleo con matemática y física. Ahí, donde llego tarde a las clases de teatro.
Ahí donde almuerzo, me visto, tiro los útiles en el bolso, y todo de apuro. Ahí donde corro hacia la parada del ómnibus. Ahí donde salir los viernes y sábados se vuelve religión, porque el liceo se vuelve stressante y aburridor. Ahí donde no me da el tiempo. Ahí donde corro caminando y salto alto volando, donde me quedo quieta moviéndome y donde me callo gritando.
Ahí donde suena el despertador bien temprano y nunca me levanto a su compás. Ahí cuando la ficha cae, es invierno. Bienvenido, invierno. De seguro en el verano no te extraño.

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