domingo, 4 de julio de 2010

La última caminata.

¿Están todos? ¿Quien falta?.
Hey, no te caigas. ¿Estás bien?.
¿Te acordás de algo? ¿Quien era ese chico?.
Andá, ¿yo estuve con ese?.
Me duelen los pies, te rompiste las medias, hey, te rompiste las medias y valieron super caras, te van a matar.
Qué cansancio, cómo bailamos, ay, ¿te caés? ¡no te caigas! vení, estoy cansada, quedate al lado mio.
¿Quien entra a buscar a los demás? ¿Y los demás? -se fueron en el auto- .
Mierda, hay que seguir caminando, vamos que pasa el bondi y en 5 minutos estamos en casa.
Me duele la cabeza, nosé con quien estuve, todo liquido que sació mi sed hacía arder mi garganta como si tomara querosén y luego se devolvía en transpiracion de gente pegada todo el tiempo y electrónica que no te dejaba sentarte, como si estuvieras amarrada al piso cual raíz al árbol, y no te podías aburrir, no, el cansancio era pecado allí dentro.
Un gozadero contínuo y el poco aire que corria, fluia lleno de positivismo.
Volvé, volvé, volvé, ¿viste al amor de mi vida? Cómo bailaba, yo estaba segura que era el amor de mi vida, lástima que tiene novia, ¿no?.
Creo que fue la primera ida al gaybar en la cual no recalcás la existencia de los mismos grupos de siempre. -Callate, vamos, vamos, levántense, vamos a esperar el bondi.
¡Pará, faltan los demás! ¿No se fueron en auto? Están apretando atrás tuyo. Heeey, chicos, vamos, ¿vamos? Dale, vamos. Vamos boludo, basta, ahii está, amor a primera vista, dale, vamos pelotudo.
Listo, espero que pase, ah, ah ¡ahí viene!.
Hey, ¿vos tenés la plata para el bondi? -No, la tenías vos-.
Mierda, no, yo no tengo ni bolsillos, la tenés que tener vos. Subite, después vemos.
¿Cómo que...?. ¡Yo la tengo!.
Bingo. ¿Boletos? Dos, porfavor.
Ahí me veia, desfilando por la pasarela de la vuelta en bondi de siempre, hasta el ultimo asiento, asi todos nos recostamos en las faldas de todos y al menos se hace mas liviano el viaje.
Nos bajamos donde empiezan las 5 cuadras más deprimentes de la noche, en la cual tenemos el aprecio de presenciar el rimell corrido, el delineador que se convierte en sombra vistiendo los ojos desorbitados del cansancio y vaya a saber quien de que otra cosa,sin menospreciar el labial casi salido.
Una camina con los tacos en la mano, y la otra con los pies arrastrando, camina como puede.
En la calle solo quedan los más fieles a la barra del bar y la última gota de vino, y se tren estos halagos como: ¡Te baño en leche, mamita! ¿Las acompaño?.
Caras de color pasto, por no decir viejos verdes y la avenida no termina más.
Las miradas en alto y solo espero que haya alguien atento digno a abrirme el porton para poder dormir.
La caminata mas larga, de la puerta principal al cuarto, donde queda estirada toda la euforia y las ultimas energias.
Ahí es donde desconecto la máquina de pensar y captar, y dormir se vuelve la más hermosa accion.

Siempre apestó la ultima caminata, y siempre va a apestar.
Lo bueno es que se pasó bien, ¿no?.

No hay comentarios:

Publicar un comentario