domingo, 25 de julio de 2010

Juancito es bisexual.

Juancito el 28 de Junio caminó hacia la plaza de Maldonado, portando una bandera de la Diversidad, con la esperanza de que cada vez caminaran más y más, y con la idea de que por primera vez en Maldonado se conmemorarían los hechos que ocurrieron la misma fecha en el 69', en algún boliche del ambiente por Norte-América.
Compartió charlas, se sentó con amigos, y finalizado el día se recostó en el techo de su casa y dió unos pasos atrás al tiempo.
Y a sí mismo se dijo:

"Me pregunto yo, si mamá alguna vez se cuestionó el gran cambio que generó que a los 12 años, mi hermano cuestionara mi sexualidad y yo admitiese ante éste ser bisexual.
Desde ese momento, mi vida cambio por completo y mi relación con mamá también, como con mi hermana, y papá.
Me pregunto si mamá tendrá en cuenta, que con éstos pocos años no tenía más que infinitas peguntas y un puñado de confusiones que merodeaban en mi cabeza cada segundo que mi mente tuviera espacio para hacerlo.
Muchísimas más que las de mi hermano, claro, el era heterosexual y todo era más fácil porque el mundo era así, la nena y el varón, la instrucción de mis padres en cuanto a la protección, el matrimonio ideal y la clásica pregunta de las reuniones familiares de haber si tenía novia o no.
¿Y yo? Yo me quedaba todas las noches pensando que era el único en mi especie, imaginando cuales serían las reacciones de mis amigos cuando se enterasen de esto, con qué cara me mirarían, y de qué manera se los diría.
Me pregunto también si se imaginará lo feo que era cuando me decía que era propio dudar de mi sexualidad a esa edad, y que no tenía ni idea de lo que estaba diciendo.
En la mitad de ese año conocí a T, quien sería mi primer novio, tenía mi misma edad, y al poco tiempo empezamos a salir con amigos y a recorrer lugares juntos y a aferrarnos uno al otro cada vez más.
Los padres de T eran súper religiosos, y su hermano era homofóbico, así que lejos estaba el de mostrarse tal como era ante estos. Así teníamos, un noviazgo escondido, en los lugares en los que podía estar el hermano, éramos amigos, y donde no se aparecía ninguno, se inundaba el ambiente de amor y libertad entre nosotros.
Por supuesto, cuando mamá se enteró de lo mío con T, nos trató de ingenuos y hasta le empezó a caer mal que saliera muy seguido con el, siendo que hace unas semanas atrás, cuando lo había conocido como amigo, le agradaba la idea de que tuviéramos la misma edad y pudiéramos jugar en el mismo equipo de fútbol.
Ingenua le diría yo ahora, con mis 15 años, si nunca se imaginó la discriminación con la que teníamos que lidiar T y yo cada vez que caminábamos de la mano por el centro, o si nos preguntaban si teníamos novia y respondíamos que éramos novios, o las miradas y murmullos de gente mayor, y de todo tipo a medida que avanzábamos por las calles abrazados o tomados de la mano.
¿Sabrá lo horrible que es que nieguen y oculten mi condición a toda la familia? ¿Alguna vez se habrá dado cuenta que nunca se pudo referir a mi novio como “tu novio”, si no que siempre le llamó “amigo”? , y si habrá tomado en cuenta que a pesar de que para mí las fiestas navideñas no tuviesen ningún significado de valor, como me sentía yo al ver a mis primos y a mi hermano con sus respectivas parejas, y yo tener que encontrarme con T en algún lado al que decidiéramos ir después de la cena".
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Cuántos Juancitos y Juancitas habrán por ahí, por suerte ahora tenemos un grupo LGTB al que tenemos que apoyar para cambiar las cosas.

2 comentarios:

  1. De Juancitos y Juancitas, esta lleno el mundo. Ahora, ojalá dentro de muy poco esté lleno pero de Ximenas y Ximenos o de Diegas y Diegos. Muy linda Nota Cotoncha, te adoro divina.

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  2. muy buena la verdad q hay muchos q estan asi escondido pero desde el grupo siempre tendran nuestro apoyo y estan invitados todos los jueves a las 20:00 a la junta hasta q nos podramos contitur como una ONG que es nuestro proximo

    Saludos

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